Siempre que voy a la Iglesia de Santiago es para disfrutar, y esta vez tocaba con la belleza de la Virgen del Rocio, obra que tallara Castillo Lastrucci, con cierto rasgos macarenos y que tanto me recuerda a la Esperanza de San Andrés de aquí. La Virgen estrenaba el manto y el tocada era muy original con un Ave María en el pecho.
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